Le contemporain dessiné (2016)
Jean-Jacques Marimbert
filósofo y poeta
Regreso de una magnífica exposición, en el Museo de Artes Decorativas de Paris, « Le contemporain dessiné », rica y variada, pensada por Agnès Callu, su curadora, como un recorrido. Recorrido temporal. Dibujar el presente, o mejor, la contemporaneidad actual, actualidad del presente proyectado, la captura de un movimiento en el seno de la relación entre ser y devenir, allí, bajo nuestros ojos. Donde se reanuda con el origen del dibujo y del propósito, donde el gesto se emancipa de la intención, integrándola a la obra que la hace advenir. Pero también recorrido espacial. Sobre varios pisos, del 5° al 9° y último, en el corazón de la colección permanente de muebles y de objetos justamente contemporáneos. Los dos recorridos son trenzados, reenviando uno al otro, nutriéndose. Estar, todo a lo largo, rodeado de objetos de una época pasada pero próxima, y de obras dibujando lo contemporáneo, dan a éste el espesor histórico sin el cual él sería abstracto del flujo que lo irriga, y que lo contiene, en el sentido de la Aufhebung, diría Hegel. Así, dibujar lo contemporáneo, no es ser el espectador pasivo, es crearlo. Y esto se prueba, física y emocionalmente, se impregna de la profundidad histórica, que hace de lo contemporáneo a la vez el fruto del pasado y el acontecimiento del presente, flecha apuntada hacia el más allá.
Es entonces necesario tomar el tiempo, hundirse en él. Se está en otro lugar y
adentro (y Billie Holiday nos toma por la oreja…). Obras en técnicas, medidas, materiales, contenidos, etc., muy variadas. Abanico de lo contemporáneo. Y entre estas obras, la de Alexis Yebra.
Allí, en sentido fuerte, una tela muy grande, en altura, a la que sólo se puede
aproximar desde varios ángulos, de manera oblicua, barroca, desde lo alto, desde lo bajo, por los costados, atrapado en el laberinto organizado del recorrido, conducido por la extremidad de los ojos. Aproximación barroca, pues la obra resiste al cara a cara, desaparece para resurgir, diferente, y cuando se llega a hacerlo, el vértigo prevalece, el movimiento nos sostiene, contemporáneo. La talla no es por cierto extraña a lo que, distinto de lo bello, da el sentimiento de lo sublime, de la superación de los limites, no solamente de la imaginación sino de la razón. Efecto estético, cualitativo, de la dimensión, de la cantidad. Cuando se está delante, al pie de la obra, después de abrirse paso, de haber dado vuelta a su alrededor, en el estrechamiento de lo próximo y lo lejano, se está adentro, atraído y empujado. Me pareció penetrar el gesto inaugural del dibujo, reanudar con la energía original de
todo trazo, de toda forma surgida de la nada, del primer dibujo de un propósito, y de la “danza” del espíritu de la cual habla Bataille a propósito de Lascaux. Lascaux, contemporáneo. Magia. Origen reactivado. La vida. Espacio mullido, onírico siendo material, suave y potente por la textura; universo en formación, engendramiento, nacimiento. Sobre el cual son trazados, e incluso cortados, los primeros gestos, a la vez trazo de creación y creación del trazo, búsqueda y posición de un sentido, que opera según una ruptura y una integración. El hombre donador de sentido, pensando a la manera de Merleau-Ponty. Alexis Yebra nos hace participar, desde el interior, de la emoción del que, a la vez el primero y siempre viviente, continua a hacer vibrar lo nacido con frescura contemporáneo.
Paris, 27 abril 2016.