Los trazos de un devenir (2010)
Los trazos de un devenir
Mario Maure
Magister en arte latinoamericano UNCuyo Mendoza, Argentina.
D ecir que el lenguaje encuentra limitaciones para describir la experiencia ante ciertas manifestaciones de las artes visuales es una obviedad, que sin embargo, nunca llevamos hasta las últimas consecuencias. ¿Se puede “leer” un cuadro? El texto y la imagen, la pintura y el discurso- esas formas de la representación- son irreductibles y a la vez intrincados: el cuadro tiene el poder de mostrar lo que la palabra no puede enunciar.
Utilizar la expresión “pintura abstracta”, por ejemplo, para designar a aquella que privilegia el gesto es de una homogeneidad que induce a error: ¿hay alguna pintura más “concreta que ésta? ¿Pintura “no figurativa” es más apropiado cuando nuestra percepción discrimina siempre algo sobre un fondo?
Tal vez algo como “pintura no representativa” se aproximaría más. Y aún así nos equivocamos. Porque después de todo, y aún antes de ser expuesta, es un hecho comunicativo -muy singular por cierto- para su propio hacedor. Porque no es pura pulsión. Hay un trabajo de dominio sobre esa energía, una serie de decisiones, que de algún modo son ya un trabajo de representación.
Por lo tanto, ante la difícil situación de tener que decir algo acerca de una pintura como la de Alexis Yebra no podemos hacer otra cosa que engarzar recuerdos que –creemos- son un fondo temporal de sus preocupaciones en una época en que vivíamos sin piel: las palabras de un viejo demente, el intento de una forma de la trascendencia, un cinismo implacable, la nostalgia de lo perdido para siempre, saltar al vacío.
Arder desde adentro.
Deux amis
“Caminan incansablemente por los bordes de la ciudad
(los internos, los inadvertidos)
Vías agonizantes por donde corren los últimos trenes destartalados
Algo finaliza y lo presienten
Tal vez por eso deambulan por los cementerios
Veinte años de anacronías. (Des)integración.
Hay un gato cortado justo al medio por el riel. La visión enmudece.
Naturaleza/ Cultura
Largas charlas sin fin (¿sin fin?)
Confortablemente adormecidos en la tarde invernal”.
Mendoza, junio 2010